Habilidad arcana: Juanqueo (Especial). Se denomina así a la habilidad de los escritores fantasma para alterar la metatrama que los rodea. Recibe su nombre de Juan, el cual es uno de los más usados en distintas variantes en todo el mundo. Los escritores fantasma valoran enormemente el poder de los nombres y su anonimato, con lo que usan la propia connotación de «fulano» del nombre para abrir y trastear secretamente en la trama y la narrativa. Una tirada de Juanqueo es igual al dado de Folletín escogido (ver puntos de poder) y su dado salvaje será igual a la Curuxa, con un mínimo de d6.
Nota: El negro cuenta con dos tiradas especiales, una seria la de empujoncito y la otra de zancadilla. Los éxitos en los dados de empujoncito otorgan un éxito adicional a las tiradas y los de zancadilla restan un éxito.
Poderes iniciales: Especial.
Claves. El Negro deberá de establecer una serie de claves, las cuales consistirán en una sola palabra. Ejemplos: Amor, calor, agua, guerrero, etc. Estos son metadatos que pueden ser insertados en la narrativa circundante, para alterarla. Al inicio de su misión, apuntará tantas claves como el doble de su Rango de experiencia.
Ornamentos: Una manifestación de las claves, rostros en cierto grado similares al negro revoloteando alrededor de su cuerpo, papeles con palagras escritas que son arrojados con un golpe seco de la mano, plumas cuya tinta queda prendida en el aire, onomatopeyas estallando, etc.
Puntos de poder: Especial. El negro cuenta con una reserva de lo que en términos coloquiales se ha procedido a llamar «Folletín». Dicha reserva son cinco dados, correspondientes al d4, d6, d8, d10 y d12.
Recuperación: El negro deberá de usar una de sus claves para poner en problemas a sus compañeros, estableciendo una zancadilla en una de sus tiradas. Obtendrá un dado de folletín por cada éxito en la zancadilla. Si invoca la Mar Cuayada para recargarse, recuperará todos los dados de folletín.
Rechazo: Con un resultado de doble uno, el negro perderá uno de sus dados de Folletín.
Sello del Bardo: Se llama así a la guarda impuesta por Miguel de Cervantes contra la entidad conocida como Willian Shakespeare, el cual era en realidad un conglomerado narrativo formado por la mente de cientos de escritores fantasma que se encargaban de mantener su extensa obra. Cervantes fué introducido en Inglaterra gracias a la distracción de la Armada Invencible, cuyo nombre en sí era un propio señuelo narrativo para atraer a la Trama Inglesa y esta se centrarse en ella. En la Batalla del Puente de Londres, Cervantes, Calderón y el propio Fenix lograron derrotar a las mil encarnaciones del Bardo, el cual era ni mas ni menos un arma narrativa creada por Bacon en la isla de Wight por orden de la reina Isabel para alterar los metadatos de la trama británica blanqueando a ciertos reyes y a su vez establecer una cabeza de puente en una invasión cultural que desembarcaría en todos los teatros del mundo. España respondió con la operación Camino (nombre desafortunado debido a que Wight sonaba a way y fue traducido como Camino). La invasión de clones fue detenida y la esencia de los mil escritores fue encerrada en los mil ladrillos y en el millar de letras de los mensajes de los prisioneros de la Torre Beauchamp que hay escritos en ellos. La entidad shakespeareana fue reescrita y condensada en un solo individuo y su mente alterada por censores. Pero el precio a pagar fue alto, ya que el constructo resultante fue vinculado a Cervantes, de tal forma que cuando este murió, también lo hizo Shakespeare. Para dificultar la labor de los escritores fantasma, Cervantes empleó el poder obtenido gracias a su victoria para establecer un sello sobre ellos, potenciando su narrativa basada en el secretismo y el anonimato. Por ello, los escritores fantasma solo pueden usar sus poderes de escrito a dos manos y sacrificar conceptos para ayudar a otros, no en beneficio propio. Además, todos sus compañeros deben de actuar como si no hubiesen presenciado el efecto de los poderes del negro, pues revelar su presencia anulará inmediatamente estos efectos. A su vez, no podrán darle consejos de su uso o pedirle que los use sobre ellos (como por ejemplo sacrificar una clave para darle un beni), ya que se considerará también revelar su conocimiento de que es un negro.
Poderes iniciales:
Escrito a dos manos. El negro podrá añadir a una tirada de habilidad o atributo que el no realice, un dado de folletín para dar un empujoncito o provocar una zancadilla. Esto se hará maquetando los metadatos de su alrededor, usando como base una de sus claves. En este caso, la narrativa no se crea ni se destruye, solo se edita. Un negro no puede crear cosas de la nada, solo puede trabajar con el material que le dan, ya sea de forma objetiva o con licencias poéticas.
Ejemplo: La clave fuego puede ser usada para «encender» el corazón apasionado de un joven y hacer su discurso más vehemente (empujoncito) o hacer que un fuego ya existente se extienda (zancadilla).
Imitar la firma. Con una tirada exitosa de Juanqueo, el aspecto del negro, sus ademanes y voz serán los de el individuo cuyo concepto ha plagiado. Si el plagiado lo ve o alguien sospecha firmemente que lo están engañando, el efecto terminará inmediatamente. Su duración será igual al valor del dado de folletín. Una pifia provocará que el escritor se verá anclado en ese concepto y su identidad será enterrada. Creerá firmemente ser la persona que ha plagiado y se comportará como ella a todos los efectos.
Metadatos. El negro tomará uno de sus dados de Folletín y lo lanzará. Si obtiene un éxito leerá los metadatos y recuperará el dado, pero si falla lo perderá y lo recuperará al final de la Jornada. Si obtiene un éxito, el negro podrá echar una ojeada al indice general de la narrativa concerniente a un individuo, lugar, situación u objeto. Estos metadatos se manifiestan como retazos o etiquetas que convenientemente interpretados le pueden permitir conocer cosas ocultas a simple vista. Estas etiquetas aparecerán flotando sobre el objetivo, solo visibles al escritor fantasma, y si están enlazadas con algun elemento que esté presente, de ellas surgirán una línea que enlazará con los distintos elementos implicados. Si está enfrascado en una sesión de ROL, el Relator será el encargado de ofrecer una serie de palabras sueltas concernientes a lo que esté escrutando el escritor. Ejemplo: un matón enamorado en secreto de su jefa, percibe a los oseros como una amenaza contra ella. Sus metadatos indicarán una etiqueta de «violencia» que lo enlaza con ellos y otra que pone «pagafantas» que lo vincula a su jefa. Tiene una duración en turnos igual a la credibilidad.
Plagio. Con un éxito en una tirada de Juanqueo, el escritor fantasma podrá usar un poder, ventaja o habilidad cuyo funcionamiento o existencia acaba de presenciar, como si fuese propia. El único pero es que no puede ser usada en contra del autor, el cual es inmune a sus efectos. Aunque el estilo es imitable, no se puede comparar con el original. La duración siempre será instantánea en el caso de los poderes e igual al valor del dado de Folletín en el de las habilidades o ventajas.
Sacrificar conceptos. El negro puede entregar una de sus claves como alimento a la Narrativa, borrandola de la existencia. Esto será equivalente a usar un indicio para establecer una conveniencia, una analepsis, desvelar un secreto o como un beni.
Seudónimo. Cuando alguien sufra daño, el negro realizará una tirada de Juanqueo. Con un éxito, se restará del daño el valor del dado de Folletín, el doble con un aumento.
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