lunes, 11 de julio de 2016

Crítica literaria: Wolfrath, el ojo de los mundos.








 




No intentes leer Wolfrath si buscas algo original. Ya la misma portada te esta diciendo "chaval, tu sabes a lo que vienes" y el texto parece haber sido escrito cogiendo el decálogo de clichés bárbaros y siguiendolos punto por punto.

Básicamente podéis coger cualquier comic de Conan olvidado, de esos que no adaptaban historias originales y teneis ya el guión de la historia.

Lo cual por otra parte no es malo ya que la narración emula simplemente todos estos lugares comunes y los amalgama en un texto escrito con oficio.

El principal problema que he tenido al leerlo es que vengo de una sobredosis gigante de novelas pulp y encima estoy con el coleccionable de Planeta de la Espada Salvaje, con lo que si no hubiese llevado encima esta carga habria disfrutado más la novela.

La historia se ve lastrada por varios errores. El primero es que no hay un solo triste mono en la narración y el erotismo brilla por su ausencia con lo que no hay sello de tetas y monos, de hecho el protagonista tiene más química con su amigo negro que con la sosa chica que se empeña en rescatar.

Por dios... si se pasan todo el tiempo pensando uno del otro "jo que bueno es este tio" con lo que al final a la una de la madrugada le grité al libro "¡besaos de una vez!"

El villano no significa ninguna amenaza, de hecho daria pena si el tipo no se pasase diciendo todo el tiempo que es el hechicero más grande de todos los tiempos. Coñe, que al tio se le ocurre al final invocar el equivalente primigenio de los barriles rojos que pueblan toda base enemiga en los videojuegos.

Si, los que explotan.

La novela no tiene el sello de identidad español de las novelas de espada y brujería y emula el estilo americano. Olvidaos de ese ambiente onírico e irreal marca de Maroto o Taar el rebelde o ese mundo evocador y poco definido de Katham o la trilogía de Curtis Garland.

Ese estilo que puede ser resumido en un "¡toi mu loco, la entrega es pasado mañana y me lo invento todo sobre la marcha!" y que también es marca de Moorcock.

Aquí nó. Como ya he dicho todo parece medido, pesado y cortado en porciones perfectamente digeribles lo cual le hace perder algo de "alma"

Y el principal error es que todo esto que he dicho anteriormente (miento, lo de las tetas y monos no) lo confiesa el propio autor en el cierre del libro ¡Coñe, ponlo al principio para que la gente venga avisada, hombre!

En fin... ¿es un libraco? no ¿es recomendable? si buscas algo del género está simplemente entretenido. Esta bien editado, un arte COJONUDO y bien escrito.

Parece que es inicio de serie, lo cual me satisface. Espero más entregas a ver como avanza la cosa.





3 comentarios:

  1. Pues me lo apunto, que de vez en cuando me apetece leer algo así, y el número de pastiches e imitaciones de Conan se me va acabando...

    Impagable la reseña.

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  2. Igual deberias sacar un libro de viñetas comicas porque te luces

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