Al fin después de un par de meses he podido seguir la campaña de Savage Worlds. Lo que sigue es el comienzo del siguiente arco de aventuras, no ando muy católico últimamente así que no hay mucho humor en el comentario de la sesión.
Como podéis recordar en la anterior aventura todo acabo de una forma un tanto turbia, mucha gente muerta, un ataque orbital, demonios del espacio exterior, lavados de cerebro, un hombre serpiente huido a otra dimensión, invierno nuclear,.. etc.
El caso es que después de una semanas al fin llegó el primer barco de comerciantes a la zona del valle para intercambiar su bagatelas de bronce por valiosas pieles y los jugadores estaban esperándolo en la playa. El capitán acompañado de un guardaespaldas que había contratado por si se producía algún ataque de piratas (otro pj que entró en la campaña) fondeó un bote pero a medida que los remos lo acercaban a la playa su rostro comenzó a ensombrecerse debido mientras otros años estaba atestada de incautos lugareños ahora parecía vacía salvo un trio de desarrapados que cargaban sonrientes un par de fardos. Sus temores fueron confirmados cuando los interrogó y le contaron vaguedades sobre una epidemia o desgracia en el valle que había acabado con los lugareños.
El capitán mandó a un par de hombres al poblado para ver si había supervivientes, los cuales les contaron como "el mal cayó del cielo" y "extendió un manto de noche sobre el valle" es de suponer que se referían a los últimos sucesos y al inmenso nubarrón negro que cubría sus tierras mitigando la luz solar.
Esto terminó por amargar aún más al capitán ya que pensaba sacar un buen beneficio por las pieles en el reciente puesto comercial que se había abierto en el sur unos emisarios de la Ciudad Quebrada de Atlantis, los cuales tenían fama de ser los mejores orfebres del mundo.
El caso es que cuando los pjs le pidieron pasaje les pidió una cifra exorbitante, 300 monedas de oro a cada uno, básicamente el precio de una buena cota de maya. Extrañado vió como el alegre grupo pagaba el precio sin pestañear sin ningún tipo de protesta.
Uno de los jugadores sorprendió una mirada de complicidad entre el capitán y la marinería así que pronto se establecieron turnos de guardia para vigilar que no les cortasen la garganta durante la noche... si, lo habia pensado he de confesarlo.
Así dejaron su inmenso tesoro en pieles en las bodegas y las piedras preciosas fueron ocultas en el camarote que el bárbaro y su mujer acondicionaron al efecto. El otro jugador, un forzudo Sansón del que corrian las leyendas que era el hijo de un dios de las estrellas (reutilicé el personaje de Hercules de las jornadas) se instaló a su vez en su camarote mientras el resto de pjs dormía en hamacas entre la marineria.
Después de unos días de viaje, mientras el arquero montaba guardia en los dormitorios de los marineros mientras vigilaba a un bruto mal encarado que no les quitaba el ojo de encima retrepado en su hamaca mientras no cejaba de afilar un palo con un brillante cuchillo ocurrió el desastre y el principio de su nueva aventura.
“De pronto sois zarandeados por un súbito temblor, como si el barco fuese un yunque y hubiese sido golpeado por el martillo de un demonio. Por unos momentos toda la estructura escora inclinándose hacia un lado para luego súbitamente volver a enderezarse.
A duras penas os agarráis a los correajes y maderamen intentando mantener el equilibrio, mientras a vuestro alrededor la bajo cubierta se transforma en una vorágine de cuerpos revueltos y gritos asustados encomendándose a distintos dioses.
"¡Por el tambor del mar! ¿que ha sido eso?" Grita el capitán aferrado a la borda.
"¡ algo ha perforado el casco!" contesta una voz que no identificáis.
Pronto la situación es evidente, el barco hace aguas debido una fuga.
El bárbaro se precipitó a cubierta y vió como el vigía caía de su puesto partiéndose el cuello a su lado contra los tablones, "Ja, eso le enseñará a hacer mejor su trabajo" dijo uno de los pjs mientras que el bárbaro y el arquero abren la escotilla que da acceso a la bodega de carga y una negra nube de ratas surge del hueco que da acceso a la bodega y huyen colándose entre los pies de la asustada marinería."
Si se baja a esta se podrá observar un torrente de agua surgiendo de uno de los costados del barco. La madera ha sido astillada cómo se hubiese rozado contra una gran superficie y varios tablones flotan sobre la creciente masa de agua que se acumula en la sentina.
Una tirada de advertir que pasó el arquero permitió observar ciertos restos de hielo flotando en el agua. Tal vez el casco del barco allá rozado con un resto por debajo de la superficie pero si más tarde se pregunta descubrirá que el vigía no dio señal ninguna de ver ninguna masa flotante de hielo.
Otra tirada de advertir del arquero y pasar la lengua por su superficie permitió descubrir que en realidad lo que pensaban que era hielo son gruesos bloques de sal, los cuales poco a poco se van diluyendo en el agua.
Master: vale descubres después de pasar la lengua que es sal lo que aferras entre tus dedos.
Arquero: ¡Hostias! Espera... ¿la sal no es valiosa?
Master: ¿De donde piensas que viene la palabra salario?
Arquero: ¡Me la meto en bolso!
Jugadores, arrancando los clavos del suelo desde 1980.
Pronto los hombres comienzan a formar una cadena intentando achicar el agua pero parece una tarea imposible. Unas horas después, con ayuda del carpintero y reutilizando la madera de algunos mamparos apenas se consigue frenar la vía de agua. Esta solución es provisional es evidente que el barco necesita ser fondeado para efectuar reparaciones pero los daños son tan grandes qué difícil mente podréis arribar en algún puerto antes de hundiros.
El guerrero se asomó por la borda extrañado de no ver contra que habían chocado y con un critico en advertir vio como una inmensa sombra debajo del casco del barco. Intentó vislumbrar algo más pero terminó decidiendo que era un efecto óptico producido por la luna.
Para agravar aún más la situación, Los barriles de agua que se encontraban en la bodega han sido volcados al romperse las cuerdas que los sujetaban, haciendo que la mayor parte del precioso líquido se haya perdido dejando unas escasas provisiones que apenas durarán unos días.
Jugadores: ¡Las pieles!
Afortunadamente se dieron prisa y las coloraron en lugar seguro fuera de la via de agua.
La carne en salazón se ha humedecido pero la mayor parte es aprovechable. Aún así los siguientes días os veis obligados a establecer un racionamiento.
Por otra parte el barco parece haberse internado en una extraña niebla de aspecto lechoso que no termina por levantarse y parece acompañaros durante dias. Dentro del banco los sonidos parecen mitigarse y el ambiente es húmedo y opresivo. Los marineros se remueven nerviosos llenos de temor supersticioso y miran de reojo el vaporoso velo que os envuelve mientras cuchichean.
Una tirada de advertir permitirá observar que las sombras que se recortan contra la densa niebla tienen algo extraño, como si no se correspondiesen totalmente con aquel que las proyecta. Curiosamente nadie dijo lo de "ya estamos en otra dimensión o algo..."
El capitán intenta guiar el barco hacia la costa, tarea que en un principio seria fácil ya que navegabais siguiendo su linea pero esta parece haber desaparecido. Incluso su aguja-guia parece haber perdido la razón dentro del cubo de agua en la que flota clavada a un corcho ya que gira enloquecida
El ánimo de la tripulación decae a pasos agigantados. Todos se muestran oscos y hostiles unos con otros debido a las tareas de achique y al racionamiento.
Pronto estalla alguna esporádica pelea en cubierta entre la marinería que es rápidamente sofocada gracias a la acción de la diestra mano manejando el látigo del segundo de abordo.
Pero esta situación llega a su fín cuando al tercer dia de navegación, o eso creéis, escucháis el agudo chillido de las gaviotas mientras estáis achicando el agua de la bodega ¡tierra al fin!
Uno de los marineros se sube a la borda y comienza a disparar flechas en llamas intentando descubrir donde se encuentra la tierra, ya que podríais llegar a embarrancar. Una a una las llamas se apagan al caer al agua pero ante vuestra alegría una de ellas permanece ardiendo clavada en algún punto entre la niebla...
“¡Tierra! ¡Tierra a la vista!” Grita de pronto el nuevo vigía desde su puesto.
Una forma gibosa y blanquecina surge entre la niebla a unos metros frente vuestro, rápidamente cuerdas son tensadas, el timón es afianzado y el ancla presta a ser arrojada.
Parece que por suerte habéis arribado a una cala de fina arena blanca que se interna rodeada por unas ciclópeas paredes que parecen curvarse sobre vosotros amenazadoramente. La niebla se ha retirado un tanto permitiéndoos maniobrar e internaros por la ensenada, aún así forma un muro lechoso que os impide ver la magnitud de la tierra a la que os dirigís, dejándoos la duda de si es una isla o forma parte del continente principal.
Aun así el hallazgo levanta de nuevo la moral de la tripulación, ya que la presencia de esta tierra os dará la oportunidad de rellenar vuestros toneles de agua, reparar el barco y tal vez cazar algún animal para variar vuestra dieta de pescado.
Con un crujido el barco roza con el poco profundo fondo de la ensenada y se inclina levemente a un lado deteniéndose al fin. La marinería desciende al agua y pronto empiezan las maniobras para arrastrar el navío y acercarlo a la playa para que el carpintero evalué los daños totales y comenzar cuanto antes los trabajos de reparación.
Después de regatearle un rato al capitán el precio del pasaje que se zanjó con un "ya se verá" los pjs decidieron hacer una expedición al interior. Hubo otra pequeña discusión del tipo "me llevo la casa encima, con mis joyas, mascaras ceremoniales, pieles, cuernos de elefante, momias,... etc encima" que terminó con los jugadores dejando sus pertenencias en el camarote del bárbaro atrancado con su mujer embarazada y un hacha para cuidar del fortín.
En uno de los muros de la ensenada hay una grieta envuelta en penumbras que lo parte como un tajo de unas diez zancadas de ancho. Sus escarpadas paredes delimitan un camino de cerca de un kilómetro que avanza recto internándose en la isla.
Todo era de un color blanco sucio y emitia algún esporádico brillo cristalino una tirada de advertir (y pasar la lengua) después dictaminó que todo era sal.
Despues de atravesar la grita los pjs accedieron a un erial blanco, un desierto de dunas movedizas que se extendía ante su vista. Todo ello delimitado por las infranqueables cumbres de unas paredes de sal que parecían rodear toda la isla.
El arquero divisó a lo lejos una fina linea en el horizonte que se asemejaba a un bosquecillo de arboles pero determinaron que estaba casi a un dia de marcha debido a que el transito por el desierto era bastante dificultoso. La sal era bastante fina y parecia tironear de sus pies dificultando su paso.
A un lado habia un conjunto de piedras también de sal, largas columnas lechosas que brotaban del suelo. Las investigaron pero no encontraron nada interesante.
Seguidamente volvieron a informar al capitán, el cual les dijo que montasen una expedición al dia siguiente con las provisiones suficientes, cuando le contaron lo de la sal... bueno, parecía que seria difícil encontrar algo de comer pero al menos si salían de allí podría recuperar las perdidas.
Un suceso que se me olvidó mencionar. Cuando volvian por la grieta el Sansón miró hacia atras y vió una cosa alargada que surgió azotando el aire entre un geiser de sal en la lejanía. Como en el desierto es difícil determinar las distancias no sabia que tamaño tendría pero supuso que esa cosa era gigantesca. Cuando intentó decirlo a sus compañeros el ser desapareció sin dejar rastro.
Con la mañana partieron con un grupo de tres marineros y llegaron sin problemas a lo que el arquero decía que era un bosque.
“Un conjunto de arboles nace del blanquecino suelo en un bosque imposible. Sus ramas son retorcidos sarmientos sin hojas cuya corteza ha sido completamente cubierta por una costra de sal.”
Si se hace la suficiente fuerza la madera se astillará con facilidad en una lluvia de sal y esquirlas. Todos los arboles están muertos, completamente petrificados y transformados en absurdas parodias de lo que otrora fueron.
No habia madera. Exploraron el bosquecillo y lo único que encontraron fue una construcción salina con forma geométrica que resultó ser un edificio, se les dió por rascar la sal durante un rato y debajo de una gruesa corteza encontraron restos de adobe, parecía que la sal había cubierto en cierto momento del pasado la construcción. Hicieron un pequeño campamento aprovechando la protección que otorgaban las paredes y establecieron turnos de guardia.
A la mañana siguiente despertaron con malas nuevas. Los gritos aterrorizados de uno de los marineros indicaban que algo había ocurrido, durante la noche uno de los centinelas había muerto por una mano invisible. Su cadáver descabezado yacía en un rincón y aunque buscaron durante un rato la cabeza fueron incapaces de encontrarla.
Un dia va a haber una guardia en la que no pase algo y los sorprendo.
Cabizbajos volvieron a la playa con las manos vacías seguidos en todo momento por una bandada de gaviotas que revoloteaba en círculos sobre ellos.
Y en la playa el horror. Se encontraron a siete marineros vagando confundidos por las arenas, del barco ni rastro salvo un par de tablones flotando en el agua y la mujer del barbaron con un hacha ensangrentada en las manos.
Los atemorizados marineros les contaron que un grupo de hombres enmascarados surgieron de la grieta, estaba cubiertos con placas que les servían de armadura y portaban extrañas espadas, los marineros solo disponían de un par de mazas improvisadas con elementos del maderamen con lo que fueron masacrados. Para su horror los atacantes cortaban la cabeza a los caídos y las ataban a su cinturón entre celebraciones.
Hubo una tirada previa por la mujer embarazada del bárbaro a ver si había sobrevivido. Saco varios críticos, así que se dictaminó que había matado a dos de los asaltantes.
Y lo peor vino luego. Durante el combate un leviatán surgió del agua, aferró el barco entre sus tentáculos y lo arrastró mar adentro hundiéndolo en el agua.
Jugador: "Espera... ¿nos ha dado el palo un kraken?"
Si, habían perdido todo el tesoro de la anterior aventura. Lo cual me recuerda que tengo que borrarlo de las hojas de personaje.
La clásica suerte de los héroes de espada y brujería. Ricos como reyes durante la mañana, pobres como ratas durante la noche.
Seguidamente los asaltantes agarraron todos los restos de madera que pudieron y se retiraron llevándose a los muertos de ambos bandos.
El capitán por cierto había muerto.
Podia haber esperado a meter esta escena cuando estuviesen los pjs en la playa, pero decidí respetar lo que había escrito. El ataque se producia despues de dos dias.
El capitán por cierto había muerto.
Podia haber esperado a meter esta escena cuando estuviesen los pjs en la playa, pero decidí respetar lo que había escrito. El ataque se producia despues de dos dias.
Así que los pjs, arma en mano, reunieron a los supervivientes y se internaron en lo que suponían una isla para explorarla, apalizar algún culo, recuperar su fortuna o hacer una nueva y apuntar con una equis roja otro lugar en el mapa mundi en el que no crecería la hierba... en este caso de forma literal.
Encontraron ciertos rastros que indicaban que sus asaltantes se dirigieron al Oeste, así que hacia allí dirigieron sus pasos.
El caso de que caminaron varios días bordeando la pared oeste mientras la tabla meteorológica les sonreía con días de viento leve y soleados.
Una noche el arquero divisó un fuego en la lejanía, así que se acercaron sigilosamente hacia el. El fuego casi extinto brillaba entre unas dunas por las que se arrastraron preparando sus armas... ¡en ese momento las dunas se desplazaron entre riadas de sal revelando una emboscada!
Las dunas eran en realidad cabezas de cangrejo gigante que..
- ¿Cabezas de cangrejo?
- Si, de rio.
- ¿De rio?
- Como las langostas. Imagina la cabeza de una langosta gigante.
Las dunas eran en realidad cabezas de cangrejo gigante que estaban cubiertas de fina sal para ocultarlas. De su interior surgieron un grupo de individuos que cubrían sus cuerpos desnudos con gruesas placas de un material quitinoso atadas con cordeles de tripa y cubrían sus rostros con otra placa a la que habían practicado unos agujeros. En sus manos aferraban una especie de espada o maza hecha a partir de la pinza de un cangrejo que por el tamaño de esta debía de ser gigante, sus bordes aserrados demostraron ser tremendamente eficaces.
La lucha fue cruenta.
Me hubiese gustado meter desniveles pero no andaba muy inspirado, achacadlo a los frenadoles, la próxima vez uso un lapiz de encerado para marcar ciertas dificultades del terreno. Al menos hubo alguna caida al escalar por encima de las cabezas de cangrejo.
El caso es que los marineros fueron masacrados y parte del grupo de pjs fué herido. Los enemigos demostraron ser muy duros, eran duchos en el combate y además contaban con una armadura superior a la de los pjs.
Finalmente el que parecía el jefe, el cual permanecía en la retaguardia junto a los guerreros veteranos para entrar en combate si hacia falta (no la hizo) les ofreció la oportunidad de retirarse en reconocimiento a su valía en el arte de la lucha algo que el admiraba.
Barbaro: Toi mu loco. Tengo la tara de sed de sangre y ataco a todo lo que se menea.
Guerrero: Yo digo que los matemos a todos (Pjs: 4 y heridos Enemigo: 10)
Afortunadamente terminaron agarrando al bárbaro y no fue a mayores. El lider de los que se denominaban "los Cangrejos" les preguntó si eran nuevos en la isla y ante sus respuestas afirmativas sonrió condescendiente y les ofreció un trato, los Cangrejos se quedaban con todos los cadáveres con su carne y cabezas, por cada tres cabezas les darian provisiones para un dia.
Al final consiguieron unos pellejos y carne de cangrejo desecada para dos dias.
Sacaron algo de información como que la isla parecía gobernada por lo que llamaban "el Mago Sin Nombre" y que más al Norte estaba el territorio de los Rapaces numerosos pero débiles en combate
- ¿Y esa obsesión por la cabezas?
- Si sobrevivis a los siguientes dias tal vez lo descubráis.
Seguidamente los Cangrejos partieron arrastrando las cabezas de cangrejo gigante que parecían servirles como choza.
Una cosa curiosa. Durante el combate el Sansón vió como el jefe enemigo alzaba la mano como conminando a no salir a alguien que se encontraba dentro de su cabeza-choza. El pj pudo entrever el hermoso rostro de una muchacha de blancos cabellos pero no sacó más en claro.
Y aqui lo dejamos ya que fue una sesión cortita de dos horas y media largas, poco más que contar salvo que a Sansón se lo comió una anguila gigante que surgió del suelo. Afortunadamente su fuerza herculea le permitió romper la quijada de la criatura y sus compañeros la remataron de un hachazo.
Pjs: ¡Comida!
Ademas que se produjo una curiosa escena:
Master: Amanece al fín un nuevo dia, hacedme todos una tirada de espíritu.
Todos menos el bárbaro: la paso.
Master: Bien bárbaro, te giras en cierto momento a hablar con tu mujer y confuso te das cuenta de que ahs olvidado su nombre.
Barbaro: Eso es normal, ni me preocupé en aprenderlo. Yo cuando la llamo digo "¡Eh moza! ¿que cenamos?"
Todos a reir y a la mierda la escena dramática. Aunque claro... esto tiene ciertas consecuencias.
Pero eso ya lo irán descubriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario